BYD (Build Your Dreams), el fabricante de vehículos eléctricos chino, ha emergido como un rival serio para Tesla, lo que ha generado un impacto significativo en el mercado automovilístico global. Las acciones de BYD experimentaron un aumento notorio esta semana, ya que anunciaron que sus beneficios del tercer trimestre se duplicarían en comparación con el año anterior. Este éxito no solo indica el crecimiento de la industria automovilística china, sino también el crecimiento del país como el mayor exportador de automóviles a nivel mundial, superando a Japón este año.
El camino hacia el éxito de BYD fue único desde el principio. A diferencia de otros fabricantes de automóviles que diversificaron su producción hacia vehículos eléctricos, BYD comenzó como una empresa dedicada a la fabricación de baterías antes de ingresar al mundo de los automóviles. Fundada en 1995 en Shenzhen por Wang Chuanfu, cuyo valor actual asciende a 18.700 millones de dólares, BYD se destacó inicialmente por fabricar baterías recargables utilizadas en dispositivos electrónicos, compitiendo con las importaciones japonesas más costosas.
Su expansión hacia la fabricación de automóviles se produjo a principios de la década de 2000, cuando el gobierno chino priorizó la producción de energías renovables e introdujo incentivos fiscales y subvenciones para impulsar el sector de vehículos eléctricos. Para BYD, esto fue una oportunidad perfecta, ya que las baterías que producían se convirtieron en el corazón de los vehículos eléctricos.
La inversión de Warren Buffett en 2008, adquiriendo el 10% de BYD Auto, fue un hito que marcó la visión de que el mercado automovilístico mundial inevitablemente se volvería eléctrico. Actualmente, China lidera la producción global de vehículos eléctricos en gran parte gracias a BYD, y el gobierno chino sigue incentivando la industria a través de exenciones fiscales significativas para mantener su liderazgo.
Un factor clave en el éxito de BYD radica en su enfoque en la fabricación interna de baterías, uno de los componentes más costosos de los vehículos eléctricos. En contraste, competidores como Tesla subcontratan la producción de baterías. Según un informe de UBS, el vehículo eléctrico básico de BYD, Seagull, cuesta alrededor de 11.000 dólares, mientras que el sedán Model 3 de Tesla, fabricado en China, tiene un precio de partida de casi 36.000 dólares.
BYD también ha demostrado éxito más allá de los vehículos eléctricos, superando a Volkswagen como la marca de automóviles más vendida en China a principios de este año. La industria automovilística se enfrenta a un cambio sísmico a medida que aumentan los incentivos ecológicos en todo el mundo. Sin embargo, la desconfianza hacia China podría resultar en regulaciones más estrictas para los fabricantes chinos en los mercados europeos, a pesar del éxito de los vehículos eléctricos asequibles de BYD en Europa.
A medida que el mundo se adentra en la era de los vehículos eléctricos, BYD representa un ejemplo sólido de cómo las empresas chinas están desafiando a los competidores occidentales y marcando el ritmo en la transición hacia una movilidad más sostenible.
